IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN

06.05.2014 13:28

Agresividad, nervios, miedo, destrozos, ladridos, ingestión de comida… Estos son algunos de los problemas de conducta más habituales que pueden mostrar los perros.

Para resolver un problema de conducta, primero hemos de descubrir el desencadenante real del problema. Sólo así, y utilizando técnicas de educación, conseguiremos que el comportamiento que queremos erradicar, desaparezca de una manera fiable en el tiempo.

A través del adiestramiento particular aprenderás a comunicarte con tu perro de forma efectiva, lo cual conduce a una rápida mejora de la convivencia. Los ejercicios estimulan mentalmente al animal, le hacen madurar y centran su atención. El educador te dirigirá en todo momento primero llevando el perro él y luego indicándote como debes realizar los ejercicios. Al educar al perro de forma adecuada se calma, lo que constituye una buena base para seguir aplicando las diferentes terapias correspondientes.

Una de las órdenes básicas que puedes enseñarle a tu perro es la de sentarse, y generalmente es la primera orden con la que se comienza el entrenamiento del animal. Hay diferentes métodos que funcionan mejor en cachorros y en perros más viejos. Aprende cómo enseñarle a tu perro a sentarse alabando su conducta natural, usando trucos con golosinas, o utilizando la orientación física.

PRIMER MÉTODO:

Trabaja con tu perro en un ambiente agradable.

Es mejor comenzar el entrenamiento de tu perro en un ambiente casero con distracciones limitadas. Trabaja en el interior o al aire libre, con tu perro sin correa. El perro debe estar libre para que se comporte de forma natural.

Si entrenas a tu perro al aire libre, asegúrate de estar en una zona cercada. Una ardilla o un conejo podrían pasar corriendo y hacer que tu perro escape, y tendrías que ir tras él en vez de entrenarlo.

Dile a las otras personas en tu casa que estás entrenando a tu perro, para que eviten poner música a volumen alto o hacer algo que distraiga al animal y que interfiera con el entrenamiento.

Quédate con tu perro hasta que se siente.

Espera a que se siente solo (ya que este método está basado en trabajar con el comportamiento natural del perro) en vez de utilizar un método diferente para hacerlo sentar.

Inmediatamente di "¡siéntate!" y recompensa a tu perro.

Hazlo en el momento que el perro se siente. Háblale claramente y en un tono amistoso. Premia el perro acariciándole la cabeza y diciendo "¡buen perrito!" o dándole una golosina pequeña.

Evita gritar al perro con tono agresivo. Los perros no responden bien al tratamiento negativo.

Las golosinas para perro, el maní sin cáscara, el jamón y el tocino son buenas recompensas que puedes utilizar para enseñar a tu perro a sentarse.

Repite el ejercicio cada vez que sea posible.

Con el fin de que tu perro aprenda a asociar la acción de sentarse con la palabra "siéntate", tendrás que practicar muy a menudo. Intenta quedarte con tu perro de 30 minutos a una hora, utilizando la técnica anterior para entrenarlo cada vez que se siente.

Ahora practica diciendo "siéntate" cuando tu perro esté de pie. Si lo has entrenado con éxito para que entienda lo que significa "siéntate", se sentará cuando se lo pidas. Prémialo enseguida cuando haga lo que dices. Continúa practicando hasta que el perro sea capaz de sentarse cuando se lo ordenes, sin necesidad de premiarlo.